El 5 de Septiembre, se celebró en Salamanca el 4º “ Encuentro de Escritores por Ciudad Juárez”.
Es un acto solidario que se realiza en todo el mundo – ya somos 38 pueblos y ciudades solidarias en 5 países- que se unen para apoyar el esfuerzo de todos los artistas y escritores de esa ciudad mejicana que pretenden dar a conocer la situación de violencia que vive su ciudad y que afecta sobre todo a las mujeres.
Por ello se buscó recuperar los espacios públicos secuestrados por el miedo y provocar la convivencia, donde se impone el lenguaje de las armas.
Estos son los textos que los miembros de Pentadrama hemos escrito para la ocasión, con ellos quisimos mandar nuestro mensaje de esperanza al lugar donde reina la barbarie.
Información sobre el acto entero la obtendréis en los siguientes enlaces:
Fue un acto muy emotivo al que acudimos cada año con orgullo.
Gracias Montse Villar coordinadora en Salamanca por hacerlo posible.
JOSÉ MARÍA TERRONES (Rápsoda)
AUSCHWITZ
León Felipe
A todos los judíos del mundo, mis amigos, mis hermanos
Esos poetas infernales, Dante, Blake, Rimbaud… que hablen más bajo… que toquen más bajo… ¡Que se callen…! Hoy, cualquier habitante de la tierra sabe mucho más del infierno que esos tres poetas juntos. Ya sé que Dante tocaba muy bien el violín… ¡Oh, el gran virtuoso…! Pero que no pretenda ahora con sus tercetos maravillosos y sus endecasílabos perfectos asustar a ese niño judío que está ahí, desgajado de sus padres… y solo. ¡Solo! aguardando su turno en los hornos crematorios de Auschwitz. Dante… tú bajaste a los infiernos con Virgilio de la mano (Virgilio, “gran cicerone”) y aquello vuestro de la “Divina Comedia” fue una aventura divertida de música y turismo. Esto es otra cosa…otra cosa… ¿Cómo te explicaré? ¡Si no tienes imaginación! Tú, Dante… no tienes imaginación. Acuérdate que en tu “infierno”, no hay un niño siquiera… Y ese que ves ahí… está solo. ¡Solo! sin cicerone… esperando que se abran las puertas de un infierno que tú, ¡Pobre florentino!, no pudiste siquiera imaginar. Esto es otra cosa… ¿cómo te diré? ¡Mira! Éste es un lugar, donde no se puede tocar el [el violín. Aquí se rompen las cuerdas de todos los violines del mundo.
ARANTXA AGUDO
MI ENCARGO
Cosía tu vestido aquella tarde en la que el sol golpeaba la ventana pidiendo entrar. El calor era sofocante, pero a mi nada me importaba, tu futuro atuendo me tenía absorta. Había marcado los patrones y cortado la tela la noche antes. Pase los hilos y lo preparé para la primera prueba antes de acostarme. Te lo probaste al amanecer, un momento antes de tu partida, de tu último beso. Marchaste al trabajo con todas mis precauciones en tu bolso: “Ten cuidado, no te fíes estate atenta...” Sólo llevabas un encargo “Volver”. Siempre fuiste juiciosa, una niña muy madura. Cerré la puerta y después de trastear por la casa me senté a coser tu nueva prenda. Te hice ese cuello bebé, que tanto te gusta. Cosí pespuntes sobrehilé costuras, monté las mangas en su respectivas sisas. Hice ojales por donde los botones pasasen sintiéndose alegres de vivir en tu vestido, de ser cómplices de la alegría que te produciría su futuro estreno. Habías ahorrado de tu miserable sueldo cada mes un poquito para poder acercarte a aquella tienda donde traían las mejores telas de oriente. Nos ajustamos un cinturón invisible que nos asfixiaba el cuerpo y nos hundía el alma. Yo intenté convencerte de que la tienda de Alfredo también tenía vistosas telas, pero tu lo tenías tan claro. -¡”Mamá de Oriente, vienen de Oriente, como los Reyes Magos cuando eres pequeño, como los sueños.”! Aquella fatídica tarde, tu ausencia me dijo que algo pasó. Salí a la calle a buscarte, grité tu nombre y nadie contestó. Caminé y caminé hasta que el día apareció y no te trajo”. Alguien me dijo que las camionetas hoy buscaron carne. Han pasado seis meses, cada día espero que cumplas mi encargo, aunque reconozco que ahora cuando te busco miro al cielo pensando que estarás entre los Reyes Magos y los sueños sin dueño que ahora serán tuyos. Aún no terminé tu vestido, los botones no se dejan coser, las costuras como mi alma se abrieron solas en canal, sin necesidad de plancha cuando les comunique tu no regreso. Para aliviar su pena lo dejé sin acabar, y los dos estamos atentos, en la espera para momentos antes de que decidas volver terminarlo, que tú lo estrenes y que el olvido no lo haga viejo.
AGUSTÍN B. SEQUEROS
SI OJOS TIENEN, QUE NO ME VEAN(Oración mexicana)
Si ojos tienen, que no me vean. Que su mirada se enfangue en el odio y yerren el tiro de sus rifles. Si manos tienen, que no me agarren, la boca no me amordacen ni con sogas me destrocen. Si pies tienen, que no me alcancen. Que mi aliento en la carrera no se agote, que sus botas no huellen mi morada. No permitas que me sorprendan por la espalda, ni se ensañen en mi cuerpo, ni desgarren mis entrañas. No permitas que mi muerte sea violenta y quede en el silencio sepultada. No permitas que mi sangre se derrame y que perros famélicos la laman. Tú que todo lo conoces y sabes de mi fe, tú que eres testigo de su violencia, no permitas que se llegue a creer en tu impotencia.
No me desampares, amén.
ELENA DÍAZ SANTANA
PROMETE EL DÍA TACTO DE ESPINAS
En esta ciudad de sueños rotos, ignoran las estrellas que el abrigo del hogar, engaña al miedo y me siento a salvo, en los brazos refugio de los míos. Anhelan mis manos que nadie apague nuestra sonrisa y tejen cuentos de esperanza. Es la noche, cómplice y testigo de la profanación de lo sagrado y yacen los cuerpos, sobre el polvoriento lecho del desierto, solitarios, sin nombre. Solo tu alma mujer permanece intacta, pura, inalcanzable, para las sucias manos de los cobardes, pues eres templo donde no caben, los mercaderes.
SOFÍA MONTERO GARCÍA
RETAZOS DE UNA VIDA
La piel se inunda de inquietud. Mujeres, al borde de su yo, habitan en el tiempo. Desnudas de paz, caminan desterradas con el silencio del miedo. La mente se tiñe de pasión, adorna las palabras que acompañan a la muerte. Voces, en el rincón del sentimiento, desgarran el sonido para llorar al hombre violaciones imborrables, pensamientos rotos en la herida del recuerdo. Desierto está el amor en el oasis de la vida.
MARÍA DEL CARMEN PRADA ALONSO
SIN DÍA SIGUIENTE
Asomas tu cuerpo a la luz no poseída, que llega, como siempre, cruzándose con los espectros sin manos atrapados en las paredes rotas. Corren bajo tus nubes imaginarias los ecos de las lágrimas no nacidas, que llenan los claros del dolor. Cada segundo empujas las dunas cenicientas del miedo, dejando la huella de tus pisadas sin ruido, silenciando la sangre del latido amordazado. Fijas el mundo al suelo para poder guiarte, sin correr las cortinas de tu vida, buscando no encontrar la mirada asesina. En tu alacena sin luz escondes las especias de tus sueños, con susurros de pieles apretadas que sucumben al horror. Ante tus ojos pende el racimo de uvas al que el tiempo va arrancando una a una, descubriendo el tétrico esqueleto que empieza a anunciar la desnudez total. Seguirán de las vides brotando más racimos, y más irán perdiendo su abrigo, y más esqueletos irán llegando. Sientes el miedo en tu destino que se burla de tu inocencia al creer que puedes guardar las que quedan para una mesa sin día siguiente.
AJO DIZ
“La muerta apareció en un pequeño descampado en la colonia de Las Flores. Vestía camiseta blanca de manga larga y falda de color amarillo hasta las rodillas, de una talla superior…. Esto ocurrió en 1993. En enero de 1993. A partir de esta muerta comenzaron a contarse los asesinatos de mujeres. Pero es probable que antes hubiera otras. La primera muerta se llamaba Esperanza Gómez Saldaña y tenía trece años. Pero es probable que no fuera la primera muerta. Tal vez por comodidad, por ser la primera asesinada en el año 1993, ella encabeza la lista. Aunque seguramente en 1992 murieron otras. Otras quedaron fuera de la lista o que jamás nadie las encontró, enterradas en fosas comunes en el desierto o esparcidas sus cenizas en medio de la noche, cuando ni el que siembra sabe dónde, en qué lugar se encuentra”. Roberto Bolaño. 2666. Un tipo te ata con grilletes a la pared encalada. Te abofetea. Te escupe a la cara y exhibe su verga. Agarra una navaja y traza en tu piel líneas que no purgan el terror que dobla tus piernas. No es el pasado, ni una película, ni una leyenda, no es una ficción ni la letra de una ranchera: “Consigue una pistola si es que quieres o cómprate una daga si lo prefieres, y vuélvete asesino de mujeres… Mátalas, mátalas con una sobredosis de ternura, asfíxialas con besos y dulzura”. Es la mano que golpea, la culata de una pistola, las cuerdas o el látigo. Las noches sin luna, la sed y el hambre, y otra vez sus vergas hinchadas, el cuchillo que atraviesa tus entrañas, los huesos que se rompen. La piel en el polvo, la sangre en el polvo, lágrimas en el barro, los pechos desgarrados y las nalgas violáceas. Los puños sellan tus labios. El peso de sus grasas, de sus litros de tequila, de sus pistolas, agosta tu cuerpo excoriado. La furia de los chacales estrangula tus miedos para siempre.
MONTSERRAT VILLAR GONZÁLEZ
MI PIEL BAJO TUS UÑAS
Limpia bajo tus uñas la piel que arrancaste a la muerte que me silencia. Asea tu cuerpo lentamente mientras recuerdas como, después de infinitos minutos, conseguiste que dejara de temblar. Olvida, bajo el techo que te cubre que yo también tengo una familia a la que la madrugada arranca el sueño para recuperar el cuerpo que tú abandonaste en cualquier descampado. Abraza, bajo este sol hiriente, en la acera de tu hogar a la niña que has visto parir y que quizás nunca muera entre las piernas de ningún hombre. Lava, lava tus uñas de la miseria que arañar mi cuerpo ha engendrado. Limpia las manchas de dolor de la tierra que cubre cada noche las esperanzas y los destinos sobre el asfalto, ya muertos.
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