Presentación de: “Bitácora de Ausencias” de Montse Villar

El 3 de junio se presentó en la Sala de La Palabra del Liceo el cuarto poemario de Montse Villar: “Bitácora de Ausencias”.

Fue presentado por Pilar Fernández Labrador, Agustín Sequeros y Charo Alonso. El libro está prologado por la poeta y profesora de la Usal, Mª Ángeles Pérez López y las ilustraciones son de Ángel Perdomo, con quien  la poeta entabló una sintonía total, así lo expresa: ”hay almas que piensan y sienten como uno, esto es lo que me pasó a mí con Perdomo, al que considero un alma gemela”.

 

Dirá Charo Alonso que textos e ilustraciones muestran una comunión exacta, apunta también que no estamos ante un poemario fácil ni complaciente.
La obra consta de varias partes: “Las cenizas del silencio”, “Andamios y tormentas” y “Ausencia de la memoria”.

La primera parte: ”Las cenizas del silencio”, es un homenaje a Auschwitz, a donde Villar había viajado recientemente, su sentir está expresado en esta parte del libro, en él queda reflejada la crueldad humana, el instinto de supervivencia, la ausencia de vida.
Es el relato de un doloroso viaje por el territorio del espanto y por nuestro propio horror, monstruosidad es la palabra que lo define.
El horror puede llegar a producir emoción estética, como nos recordó  Agustín Sequeros, para los que se sirvió de unos grabados de Goya, hermosos pero terribles en su temática.

La segunda parte: “Andamios y tormentas”, donde late la idea de que todos podemos sobrevivirnos y eso es lo bonito de estar vivo. La poesía llena los vacíos  que tiene el poeta. Esta segunda parte se cierra con el poema “Panegírico, en este día de muerte y silencio” dedicado a Leopoldo Mª Panero, poeta muy admirado por Montse Villar, de él dirá que fue: “quien me enseñó a decir lo que quiero decir y como lo quiero decir”.

Tercera parte:” Ausencia de la memoria”, que contiene el poema titulado De Sal y Esperas,  poema del libro de autor ”Desde la otra orilla”, proyecto Arte Ediciones, Valladolid, 2014. Y termina con otro largo poema "Del incendio a la ternura".
Para Villar, la vida es un viaje de encuentros y desencuentros, un camino de búsqueda de nosotros mismos, sentir la magia de estar vivos y de seguir viviendo. La poesía es compartir, es solidarizarse por medio de las palabras.

Terminamos con las certeras palabras de Pérez López que aúna las partes de este poemario: ”Si todas las ausencias claman con una voz unánimemente oscura que tiene su epicentro en el campo de exterminio y desde ahí irradia su luz no apagada, si la realidad desahucia al hablante y lo deja a la intemperie, en ella escribe Montse Villar para conjurarla”.

¡Enhorabuena por esta nueva creación!
El horror ya quedó escrito, ojalá que ahora, renovada, puedas comenzar una nueva ilusión poético que siga sanando.