La escritura es un frágil intento de conquista, no ya ante el verbo esquivo, sino más bien ante la vida misma, seduciéndola poema a poema hasta llegar a enamorarla. Javier Pinar trabajó durante veinte años en una fábrica de cajas de cartón, el despido de la misma, le abrió las puestas a lo que es hoy su gran pasión, la escritura, ya sea poesía o relatos y a la trasmisión de la palabra, como poeta o como actor de teatro, también como mago aficionado, como él mismo se definirá.
Desde Pentadrama damos fe de que, sin sacar ningún conejo de la chistera, llenaste de magia la Sala de la Palabra con el sentir de tus versos y tu cercanía.
Deseamos que sigas creciendo en el mundo de la creación donde te mueves y compartiendo con nosotros tu afán de autoconocimiento.
Fotos: Miguel N. Sánchez
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