Para Puerto: ”La poesía es una palabra que nace de los adentros, es misteriosa, no sabemos cómo habita en nosotros, ni por qué estamos obligados, condenados, al decir. Cuando abordamos la escritura hay algo ya que está maduro en nosotros, que se ha ido tejiendo en nuestro telar más íntimo. El poema es un mero resultado, una verbalización de un proceso interior, relacionado con la vida del espíritu. Sin vida del espíritu no hay poesía verdadera.
La escritura siempre requiere de un tiempo sosegado, es enemiga de toda precipitación. La prisa y el vértigo en la que nos hacen vivir nos distraen. La escritura, la literatura es un antídoto frente a la distracción. Requiere receptores atentos porque es palabra de la atención.
Puerto visita muchos territorios como creador, podríamos decir que las claves de su escritura son: La niñez, la memoria, la contemplación de la vida y del mundo, la naturaleza como espacio sagrado y el prodigio de lo pequeño.
La vuelta a la pureza propia de la infancia es uno de los temas subyacentes de su escritura. Nada tan perdurable en la memoria como el tiempo sin tiempo de la infancia, dirá el poeta.
Su escritura parte siempre de una poética de la memoria y también de la contemplación. En su último libro de poemas: ”La protección de lo invisible” dirá: “Memoria y corazón/ siempre irán de la mano en mí, mientras exista”.( pág 117)
La memoria se nutre de la realidad, de lo vivido. La literatura para ser verdadera, ha de beber en la vida y ha de transcenderla, a través de la memoria siempre podemos volver a lo aparentemente perdido, “Porque todo nos lleva a lo que somos/ porque todo nos lleva a lo que amamos”. (pág 94)
La naturaleza como espacio sagrado según el poeta, es uno de los ámbitos en los que mejor se manifiesta esa sacralidad de que la vida y el cosmos están investidos.
El Dios que aparece en su escritura, es el Dios de lo pequeño, el de lo desatendido, el de los humildes y el de las víctimas de la historia. .
Ante esto el poeta siente que: “Hemos perdido ya/ la lentitud antigua,/ el gusto de vivir en armonía/ con todo lo pequeño.
Palabras recurrentes en la obra del poeta son: Protección, Fulgor, Memoria, Melodía…
En “La protección de lo invisible”, su último poemario, destacamos una de sus partes, la titulada:”Melodías del padre” escrita a partir de la experiencia personal, de la pérdida de su progenitor. “Cuando falleció mi padre, percibí que en lo más íntimo de mi ser, estaba escuchando la melodía de mi ser generador”, “Más allá de la pérdida, el hecho tuvo consecuencias significativas, porque derivó en inspiración para esta serie de poemas.
La melodía es aquello que configura nuestro existir, como cosmos, como elemento protector, salvífico. Es como una suerte de música metafísica que resuena en nosotros como un don.
En su poesía se advierte el canto, la celebración, por eso dice: “porque existimos hemos de cantar, hemos de celebrar el mundo”.
En los relatos de Puerto, todo es contemplación, interiorización y conocimiento del espacio de sus orígenes, amor a la naturaleza y a todo lo que sus sentidos le ofrecen. Todo esto pudimos constatarlo a través de los poemas con que nos deleitó y emocionó el poeta.
Con todo esto nos deleitó y emocionó el poeta, quien leyó poemas como: ”La ropa tendida”. “Elegía por la Luisa” y “Cucharilla”.
Desde nuestro blog, que es una vía de comunicación entre la asociación y las personas que nos siguen, queremos dar las gracias a José Luis por el legado de sus palabras, pues nos llevan al territorio de lo esencial y verdadero, por la sencillez con que hace de lo pequeño bandera y por transmitirlo con gran sensibilidad.
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